martes, 14 de julio de 2015

Ficción III


"Estoy muerta en vida, todas mis esperanzas de encontrar algo normal en mi vida se han acabado".

Dijo Elena llorando en la noche abrazada a sus piernas. Tenía aun la esperanza de escuchar un grito con su nombre que la hiciera despertar de la pesadilla, pero no, no era una pesadilla, era la vida real atacando de nuevo. Pasar todo un día con Juan le hizo perder la poquita fe en la humanidad. El encuentro en la mañana fue agradable, Elena tenía ciertos achaques matutinos y cuando caminando fue al encuentro de Juan, le brillaron los ojos, se acercaron y como de costumbre ella le hizo un par de bromas, Juan la calló con un beso y comenzaron a caminar y hablar de miles de cosas. Llegaron a su destino y como de costumbre apareció un poquito de esa mala suerte que es fiel compañera de Elena y fue así como decidieron cambiar de lugar.

Cuando llegaron fue lo mismo, querían ir al cine y este segundo estaba cerrado. Esperaron unas horas mientras caminaban y a Elena se le ocurrió caminar de la mano con Juan. Éste se extrañó y le preguntó:

-¿Ya no te da miedo agarrarme la mano?
-Ni siquiera sé porque lo estoy haciendo
-¿Y qué se siente?
-Raro
-¿Raro, cómo?
-Raro nuevo

Luego de ver la película que quisieron. Elena salió un tanto preocupada del cine, con los miedos de siempre, las inseguridades de siempre, los pensamientos de siempre y solo quería irse. Juan la detuvo, tuvieron de esas pláticas serias. Juan había terminado con su compromiso, tiró cinco años a la basura por el amor de Elena, ella no creía en nada, no confiaba, nunca dejaba de dudar de él. Luego de esa plática muy a su pesar hizo que Juan elimine todo rastro de Karen (la prometida). Aparentemente Juan no lo dudó, lo hizo y seguido a eso le confesó abiertamente su amor a Elena, le soltó un "te amo" y palabras de esas que les dicen los chicos a las chicas, que uno nunca sabe si son sinceras o parte de un guión romántico, pero que Elena supo escuchar y atesorar bien. Luego de que salieron los demonios de Elena y matarla un poco, decidieron comer algo.

Fue ahí que todo comenzó, cada uno soltaba una historia diferente. Ya sea una curiosidad o algo de la vida que simplemente los marcó. En un momento inesperado, Juan le confesó a Elena que en un tiempo fue mala persona, que se metía drogas (cosa que no le sorprendió mucho, ya que muchas personas en la actualidad lo hacen), y  que hace muchos años estaba en una especie de banda con unas personas que habían matado gente, pero que lo dejó, que fue hace como 10 años atrás y que no tenía de que preocuparse, que quería ser lo suficientemente sincero antes de iniciar una nueva relación.
Elena simplemente se echó a reír para no salir corriendo y puso en su mente que todo tenía que ser una broma de mal gusto y en cualquier momento él se reiría también. Pero no, nunca se rió, le contó ciertas historias, le mostró algunos detalles de las personas para saber como golpean, como pueden defenderse. Ella no sabía que hacer, sudó helado, sentía que le temblaban las piernas, creo que ahí murió, sentada luego de comer, cuando ya casi caía la noche. Todo se había muerto, ella, él, la vida, la esperanza, el aire, ¡simplemente todo!.

Salieron del local y Elena no dejaba de reír, ciertamente para no llorar, èl le invitó un cigarro y simplemente salieron las preguntas:

-¿Estoy en peligro?
-No, Elena, eso ya pasó, nadie te hará daño
-¿Algo màs que quieras contarme?, ¿Has violado a alguien?, ¿Extorsión?, ¿Robo agravado?, ¿Narcotraficante?, ¿Cárcel?
-No, nada de eso
-¿Estás seguro que no estoy en peligro?, ¿Nadie nos está siguiendo?, ¿Nadie me va a matar más tarde?
-Ya te dije que no
-¿Me vas a dejar de hablar, no?, ¿Te vas a alejar de mi?
-No lo sé,nunca sé que hacer en el momento pero espero no salir mañana en el Trome tirada y muerta en una pista de por aquí

Siguieron caminando y Elena sentía que la cordura se había ido de si repetía riéndose a cada rato "¡Puta madre Juan, por qué nada puede ser normal!"- Y yendo para el paradero se dieron algunos besos para recordar algún día. Decidieron irse juntos y al llegar por casa de Elena se sentaron un momento, hablaron un poco más del tema, Juan dijo amarla de nuevo, la besó, Elena reía por inercia, buscaba irse, huir, esconderse.

Cuando comenzó  a caminar, miraba para atrás y le gritaba a Juan que se vaya y cuando vio que se fue, Elena comenzó a correr, comenzó a llorar, comenzó a no vivir más.



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