viernes, 22 de diciembre de 2017

#Gomosa

Hace un par días conocí a una mujer que se sentó a mi costado mientras esperábamos que el psicólogo abra la puerta. No sé porque a veces logro tanto que las personas extrañas se abran a mi, ella me contó que sufría de depresión y ansiedad, que no tenía trabajo pero que su pasión era la música, era percusionista y junto a su familia se ganaban así la vida. Solo que cuando iban a provincia ella no podía ir. 

Fue loco (valga la redundancia) porque cuando mencioné mi depresión y ansiedad ella con los mismos problemas me dió calma, me contó que la sedaban, que a pasado por un montón de lugares, tratamientos pero "su mejor tratamiento fue la iglesia". No sé si creerle, pero como todos me dijo que tenga mi mente puesta en otra cosa, creo que también me recomendó un libro (pero este si no lo recuerdo).

Yo no me sentía mal ese día hasta que el psicólogo me escuchó, se enojó y me dijo que ya no me quería atender, me asusté y pensé que nada tendría remedio. Lo convencí, no me voy a dar por vencida. La próxima cita es pronto. 

Resultado de imagen para manicomio
Otro brindis...
Por la chica loca que nunca supe su nombre
Por el Dr. Ricardo 
Porque soy loca pero buena 

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